Queda en paz, oh Altar de Dios. La oblación que hoy he ofrecido sobre ti, sea para la remisión de las culpas y el perdón de los pecados y me alcance estar ante el tribunal de Cristo sin condena y sin confusión.
No sé si se me concederá volver a ofrecer sobre ti otro Sacrificio. Protégeme, Señor, y conserva a tu Santa Iglesia, que es camino de verdad y de salvación. Amén.
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