Es una oración muy antigua que se reza todos los sábados, en honor a nuestra Madre Santísima:
Cantando: “Ave María Purísima, sin pecado concebida” (Se reza el Ave María)
Cantando: “Bendita sea la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María” (se dice tres veces con el Ave María)
Felicitación y súplica: “Oh Inmaculada María yo te doy mil parabienes uniendo mis alabanzas con las de todos los Ángeles y santos del cielo y justos de la tierra, por el gran privilegio de tu Concepción Purísima; y doy gracias a la Beatísima Trinidad, por el gozo que proporcionó a la Santa Iglesia en la declaración dogmática de este admirable misterio, y por la suma complacencia que diste en el primer instante al que tanto se dignó enaltecerte.
Te suplico aceptes estos pequeños obsequios en compensación de tantas ofensas que, tu divino Hijo y Tú, reciben cada día de los hombres.
Pongo confiadamente en tus manos las necesidades de la Iglesia y del Estado. Y te pido por el Santo Padre Papa Benedicto XVI; por la exaltación de la fe, destrucción de todos los errores, conversión de pecadores, reforma de costumbres, prosperidad de todas las misiones católicas, en especial por el bautismo de los niños; así de fieles como de infieles, expuestos a morir sin él, y por el aumento y propagación de esta devoción.
Suplico, también, que concedas a todos, y en particular a los que te ofrecen esta cordial felicitación, un grande amor a Jesús y un afecto filial hacia Ti, una perfecta pureza de alma y cuerpo y el don precioso de la perseverancia final. Todo lo dejo en tus manos y del todo me consagro a Ti; y te suplico, finalmente, que en retorno de esta visita nos visites en nuestra última agonía. Te lo pido en particular por los que durante esta semana se encuentren en tan críticos instantes y te ruego que visites y consueles igualmente a las benditas almas del Purgatorio; pero en especial a los de aquellos que durante su vida practicaron esta felicitación. Logremos todos los que aquí nos asociamos para felicitarte, la dicha de asociarnos también en el cielo para ensalzar eternamente el gran misterio de tu Inmaculada Concepción”.
Cantando: “Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”.
Oración de San Bernardo: “Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes; y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No despreciéis, oh Madre de Dios, mis súplicas; antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente”. Amén.
“¡Recibe mil parabienes o Purísima María.
Muéstrate que eres nuestra Madre!”
Rezo del Ángelus.
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