Bajo tu protección nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no desprecies nuestras súplicas en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
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