Oraciones para el sacerdote

Oración a todos los Ángeles y Santos
Angeles, Arcángeles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades, Virtudes de los cielos, Querubines y Serafines, Santos y Santas todos de Dios, especialmente mis Patronos, interceded por mí para que pueda ofrecer dignamente a Dios omnipotente este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre y en beneficio mío y de toda su Santa Iglesia. Amén


Oración al Santo en cuyo honor se celebra la Misa
Oh San/Santa N., yo, miserable pecador, confiando en tus méritos, ofrezco ahora para tu honor y gloria el santísimo sacramento del Cuerpo y de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Te ruego humilde y devotamente que intercedas hoy por mí, para que ofrezca digna y aceptablemente este sacrificio, y pueda alabar eternamente a Dios contigo y con todos sus elegidos y reinar junto a El. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


Fórmula de la intención de la Santa Misa
Yo quiero celebrar el Santo Sacrificio de la Misa y hacer el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo según el rito de la Santa Iglesia Romana, para alabanza de Dios omnipotente y de toda la Iglesia triunfante, para mi beneficio y el de toda la Iglesia militante, por todos los que se encomendaron a mis oraciones en general y en particular, y por la feliz situación de la Santa Iglesia Romana. Amén. El Señor omnipotente y misericordioso nos conceda la alegría con la paz, la enmienda de la vida, tiempo de verdadera penitencia, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo, y la perseverancia en las buenas obras. Amén.

Oración al Santo del día, después de la Misa
Oh San/Santa N., en cuyo honor he ofrecido el incruento sacrificio de Cuerpo y Sangre de Cristo; haz con tu intercesión poderosa ante Dios, que el contacto de este misterio de la Pasión y Muerte del mismo Cristo nuestro Salvador, me alcance el premio, y que con su frecuente recepción aumente sin cesar el efecto de mi salvación. Amén.

Oración para llevar una vida santa
Jesús amadísimo, que por especial benevolencia me elegiste entre miles de hombres para que te siguiera, y me llamaste a la excelsa dignidad del sacerdocio; te ruego me concedas tu ayuda divina para cumplir fielmente mis deberes. Te suplico, Señor Jesús, que hoy y siempre avives en mí tu gracia, que recibí por la imposición de las manos episcopales. Oh poderosísimo Médico de las almas, sáname de manera que no recaiga en los vicios, evite todos los pecados y te agrade hasta la muerte. Amén.

Invocación
¡Oh buen Jesús, haz que sea un sacerdote según tu Corazón!

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