NADA ES IMPOSIBLE CON DIOS  
En nuestros tiempos modernos la celebración de Navidad es una mezcla  de elementos tantos cristianos como seglares. Más y más hay presión de  la sociedad a enfatizar la Navidad como una fiesta seglar sin Cristo.  ¿Qué sería nuestra celebración de Navidad sin Santa Claus? No obstante  los orígenes de Santa Claus, una figura no religiosa, están arraigados  en la vida de un mártir cristiano. Lo siguiente es una parte de un  artículo sobre la vida de San Nicolás, obispo de Myra, quien es el Santa  Claus original.
La historia verdadera de Santa Claus empieza con Nicolás, quien nació  en el tercer siglo en el pueblo de Patara. Cuando nació el área era  Griego pero ahora está ubicada en el sur de Turquía. Sus padres eran  ricos y lo criaron como un cristiano devoto. Ellos se murieron de una  epidemia cuando Nicolás era muy joven. Obedeciendo las palabras de  Jesús, “vender todo lo que tienes y dalo a los pobres,” Nicolás usó toda  su herencia para ayudar a los necesitados, los enfermos y los que  sufrían. Dedicó su vida al servicio de Dios y llegó a ser obispo de  Myra, mientras todavía era un hombre joven. El Obispo Nicolás fue  conocido por todo el pueblo por su generosidad a los pobres, su amor por  los niños, y su preocupación por los marineros y sus barcos.
Bajo el Emperador Diocleciano, quien cruelmente perseguía a los  cristianos, el Obispo Nicolás sufrió por su fe, fue exiliado y  encadenado. Cuando lo libraron de la cárcel, Obispo Nicolás asistió al  Concilio de Nicea en el año 325. Se murió el 6 de diciembre, 343 en Myra  y fue enterrado en su Iglesia Catedral, donde una reliquia única, maná,  formó sobre su tumba. Esta líquida, que según la creencia popular tenía  poderes curativos, fomentó un culto popular del santo. El aniversario  de su muerte llegó a conocerse como, El Día de San Nicolás.
A través de los siglos se han contado muchas historias y leyendas de  la vida de San Nicolás. Estas historias nos ayudan a entender el  carácter extraordinario de este santo y porque él es tan querido y  respetado como el protector de los necesitados.
Una historia habla de un pobre que tenía tres hijas. En esos tiempos  el padre de una mujer joven tenía que ofrecerle a su novio algo de valor  – una dote. La más grande la dote, mejor la posibilidad de encontrar un  buen esposo para sus hijas. Sin una dote fue improbable que una mujer  se casara. Estos hijas del hombre pobre, sin dotes, fueron destinadas a  vivir una vida de servidumbre sin casarse. Misteriosamente, en tres  diferentes ocasiones, una bolsa de oro apareció en su casa proviendo las  dotes necesarias. Se dice que las bolas de oro, tirades por una  ventana, cayeron en unos calcetines o unos zapatos dejados cerca del  fuego para secar. Esto dio principio a la costumbre de colgar sus  calcetines o dejar sus zapatos para recibir regalos de San Nicolás. Y  por eso uno de los símbolos de San Nicolás es tres bolas color de oro, a  veces representadas con naranjas. Por eso San Nicolás era uno que daba  regalos.
Una de las historias más antiguas de San Nicolás como un protector de  niños toma lugar muchos años después de su muerte. La gente de Myra  estaban celebrando el santo del Santo cuando una banda de piratas árabes  de Grecia llegaron en su distrito. Robaron unos tesoros de la Iglesia  de San Nicolás. Al dejar el pueblo, raptaron a un muchacho llamado,  Basilios, para hacerlo esclavo. Su jefe escogió a Basilios como su  sirviente. Por un año Basilios servía al rey árabe, pero no entendía lo  que el rey decía porque Basilios no entendía la lengua árabe. Los padres  de Basilios sufrían mucho por la falta de su hijo, y cuando llegó el  próximo Día de San Nicolás su madre no asistía a las festividades. En  vez de festejar ella tenía oraciones por Basilios en su casa. Mientras  Basilios cumplía sus quehaceres del rey, de repente fue llevada al aire y  se le apareció San Nicolás. El santo lo bendijo y los regresó a sus  casa en Myra. Imagínense la alegría cuando Basilios apareció ante sus  papas con la copa del rey todavía en su mano. Esta es la primera  historia que habla de San Nicolás como un protector de niños.
A través de los siglos San Nicolás se ha venerado por los Católicos y  los Ortodoxos, y honrado por Protestantes. Por su ejemplo de  generosidad a los con necesidad, especialmente a los niños, San Nicolás  continua ser una figura de compasión.
El Día de San Nicolás, 6 de diciembre, se celebra por todo Europa. En  Alemania y Polonia, muchachos se visten de obispos y piden limosna por  los pobres – ¡y a veces por ellos mismos! En Holanda y en Bélgica, San  Nicolás llega en un barco de España y monta un caballo blanco para  entregar sus regalos. El 6 de diciembre todavía es el día cuando se dan  regalos en Europa. Por ejemplo, en Holanda el Día de San Nicolás se  celebra por compartir dulces (tirados por la puerta), chocolate,  regalitos y juegos. Los niños holandeses dejan zanahorias y pasto en sus  zapatos para el caballo, esperando que San Nicolás los cambiarán pos  regalos. Dando regalos en el principio de Adviento (Dic. 6) preserva el  Día de Navidad como un día para enfocarnos en el Niño Jesús.
Padre Tomás Lamping 
http://parish.queenofangelschicago.org
 

 
 
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