ORACIÓN PRONUNCIADA POR SU SANTIDAD BENEDICTO XVI ANTE EL ICONO DE LA VIRGEN "SALUS POPULI ROMANI"

Toda santa, digna de todo honor,
tú eres la mejor ofrenda
que la humanidad puede presentar a Dios.

Virgen madre, Madre siempre virgen,
dirige una súplica materna a tu Hijo.

Lleva hasta el puerto la barca de la Iglesia,
evitando los escollos y venciendo los oleajes.

Protege a esta ciudad;
conforta a quienes llegan a ella,
sin techo ni defensa,
y extiende a todos tu apoyo.

Con fe te veneramos, Madre de Dios;
con amor te honramos;
con esperanza acudimos a ti,
y te proclamamos bienaventurada.

Tú, Señora mía, mi consuelo de Dios,
ayuda de mi inexperiencia,
acoge la súplica que te dirijo.

Tú, que para todos eres fuente de alegría,
hazme digno de exultar juntamente contigo.

Mira a la asamblea de los creyentes,
Madre del Salvador;
aleja de ellos las desgracias y las aflicciones;
líbralos del mal y del maligno;
protégelos con la abundancia de tu benevolencia.

Al regreso glorioso de tu Hijo, nuestro Dios,
defiende con tu materna intercesión
nuestra fragilidad humana
y acompáñanos hasta la vida eterna
con tu mano afectuosa,
tú que eres poderosa por ser Madre.

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