Oración al incensar el altar

Esta nueva incensación tiene por objeto honrar el Cáliz y la Hostia ofrecidos, el altar, el Celebrante, los Ministros sagrados, y todos los fieles asistentes, envolviéndolo todo en una misma oleada de fervorosa oración. 

Antes de hacer uso del incienso, el Celebrante lo bendice diciendo: 

Per intercessionem beati Michaelis Archangeli, statis a dextris altaris incensi, et omnium electorum suorum, incensum istud dignetur Dominus bene+dicere, et in odorem suavitatis accipere. Per Christum dominum nostrum. Amen 

Por la intercesión de San Miguel Arcángel, que asiste a la diestra del altar de los perfumes, y de todos sus elegidos, dignese el Señor ben+decir este incienso y recibirlo en olor de suavidad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea. 


Empieza por incensar las ofrendas, diciendo: 

Incensum istud a te benedictum, ascendat ad te, Domine, et descendat super nos misericordia tua. 

Suba, oh Señor, hasta Ti este incienso que Tú has bendecido, y descienda sobre nosotros tu misericordia. 

Ahora inciensa el Crucifijo y el altar, diciendo: 

Salmo 140 

Dirigatur, Domine, oratio mea sicut incensum in conspectu tuo: elevatio manuum mearum sacrificium vespertinum. Pone, Domine, custodiam ori meo, et ostium circumstatiae labiis meis; ur non declinet cor meum in verba malitiae, ad excusandas escusationes in peccatis. 

Suba mi oración, oh Señor, como sube este incienso; valga la elevación de mis manos como el sacrificio vespertino. Pon, oh Señor, guarda a mi boca y un candado a mis labios, para que mi corazón no se desahogue con expresiones maliciosas, buscando cómo excusar mis pecados. 

Y al entregar el incienso al Diácono, le dice: 

Ascendat in nobis Dominus ignem sui amoris, et flamman aeternae caritatis. Amen. 

Encienda el Señor en nosotros el fuego de su amor y la llama de su eterna caridad. Así sea. 

Y el Diácono inciensa al Celebrante, concelebrantes y el turiferario inciensa con tres golpes al pueblo en general.

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