Oración a la Virgen de la Almudena

Oh, Señora,
tú, que rompiste el muro de la Vida,
rompe ahora
mi muro de dolor, mi antigua herida.

Que yo sea almudí,
depósito del trigo celestial;
brille tu luz en mí,
la luz que de tus velas fue inmortal;

ciudadela,
que guarde la hornacina salvadora;
centinela
del bien, de tu legado, mi Señora.

Con bondad, con amor,
mira mis ruinas grises, desoladas.
Concédeme el favor
de hacerlas catedrales consagradas.

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