Dios todopoderoso y eterno,
que has elevado en cuerpo y alma a los cielos
a la inmaculada Virgen María,
Madre de tu Hijo,
concédenos, te rogamos,
que aspirando siempre a las realidades divinas
lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
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