y ardor misionero a tu hijo Enrique, obispo,
para que se entregase generosamente a anunciar el Evangelio,
a suscitar numerosas vocaciones sacerdotales,
religiosas y de seglares decididos a buscar la santidad
en medio del mundo,
y que promovió múltiples obras de caridad
en favor de los pobres y los enfermos:
concédeme también a mí amarte con obras
y trabajar con alegría por el bien espiritual y material de mis hermanos.
Dígnate glorificar a tu siervo Enrique,
y concédeme por su intercesión el favor que te pido...
(pídase).
Así sea.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.