Oración Oficial de la Jornada Mundial de la Juventud

¡Oh Padre! enviaste a Tu Hijo Eterno para salvar al mundo y elegiste hombres y mujeres para que, por Él, con Él y en Él proclamaran la Buena Noticia a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que brille en el rostro de todos los jóvenes la alegría de ser, por la fuerza del Espíritu, los evangelizadores que la Iglesia necesita en el Tercer Milenio.

¡Oh Cristo! Redentor de la humanidad, Tu imagen de brazos abiertos en la cumbre del Corcovado acoge a todos los pueblos. En Tu ofrecimiento pascual, nos condujiste por medio del Espíritu Santo al encuentro filial con el Padre. Los jóvenes, que se alimentan de la Eucaristía, Te oyen en la Palabra y Te encuentran en el hermano, necesitan Tu infinita misericordia para recorrer los caminos del mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización.

¡Oh Espíritu Santo! Amor del Padre y del Hijo, con el esplendor de Tu Verdad y con el fuego de Tu amor, envía Tu Luz sobre todos los jóvenes para que, impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, lleven a los cuatros rincones del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un nuevo mundo.

¡Amén!

Oración a la Virgen del Carmen de "La Tirana"

Dios misericordioso:
Al reunirnos para honrar a nuestra madre,
bajo su advocación de Virgen del Carmen
de La Tirana, venimos con fe y esperanza
a pedirte salud y salvación.

Madre del Carmelo, Virgen de La Tirana,
que la pasión de Cristo nos hermane y
nos ayude a servir con alegría

Ruega por nosotros pecadores,
para que el Señor resucitado
viva en nuestros corazones

Enséñanos a imitar tu propia vida;
a creer fielmente en la palabra de Jesús y
a ponerla en práctica, sin temor.

Une a todos tus hijos que te buscan,
en el único pueblo de Dios que peregrina
hacia la patria del cielo.

Que contigo construyamos
un mundo de paz
en la justicia

Que el Espíritu santo nos guíe,
y en la hora de muerte nos reciba
en la casa del Padre bondadoso.
Amén.
Fuente: www.iglesia.cl/

Consagración a la Virgen del Carmen

"!Oh, María, Reina y Madre del Carmelo!
Vengo hoy a consagrarme a Ti,
pues toda mi vida es como un pequeño tributo
por tantas gracias y beneficios
como he recibido de Dios a través de tus manos.

Y porque Tú miras
con ojos de particular benevolencia
a los que visten tu escapulario,
te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad,
ilumines con tu sabiduría las tinieblas de mi mente
y aumentes en mi la fe, la esperanza y la caridad,
para que cada día pueda rendirle
el tributo de mi humilde homenaje.

El santo escapulario atraiga sobre mí
tus miradas misericordiosas,
sea para mí prenda de tu particular protección
en luchas de cada día y constantemente me recuerdes
el deber de pensar en Ti y revestirme de tus virtudes.

De hoy en adelante me esforzaré
por vivir en suave unión con tu espíritu,
ofrecerlo todo a Jesús por tu medio
y convertir mi vida en imagen de tu humildad,
caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.

¡Oh, Madre amabilísima!
Sosténme con tu amor indefectible,
a fin de que a mí, pecador indigno,
me sea concedido un día cambiar tu escapulario
por el eterno vestido nupcial y habitar contigo
y con los santos del Carmelo en el reino de tu Hijo".
Amén.

Acción de gracias y ofrecimiento a la Virgen del Carmen

¡Oh Virgen Santa del Carmen!
Jamás podremos corresponder dignamente
a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario.
Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido,
agradecimiento y,
ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti
y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón,
con todo su amor, y toda nuestra vida,
que queremos emplear en el amor
y servicio de tu Hijo Señor nuestro,
y en propagar tu dulce devoción,
procurando que todos nuestros hermanos en la fe,
con los cuales la divina Providencia
nos hace convivir y relacionar,
estimen y agradezcan tu gran don,
vistiendo el santo Escapulario,
y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción.
Amén

Súplica a la Virgen del Carmen en tiempos difíciles

"Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén."

Gozos a la Virgen del Carmen

Prodigioso y admirable
Imán de nuestro desvelo;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
Salve, Reina de los, cielos,
De misericordia Madre,
Vida y dulzura divina;
Esperanza nuestra, Salve;
Nubecilla etc.
Dios te Salve, Templo hermoso
Del divino Verbo en carne,
Sálvate Dios, Madre Virgen,
Pues eres Virgen y Madre;
Nubecilla etc.
Volvednos, Madre piadosa,
Vuestros ojos admirables,
Y mirad por vuestros hijos,
Pues que sois piadosa Madre;
Nubecilla etc.
Socorrednos, pues escucha
Que en las penas y combates
A ti suspiramos todos
En este lloroso valle;
Nubecilla etc.
Mostradnos a vuestro Hijo
De Josafat en el Valle,
Piadoso, pues que nació
De ese cristal admirable;
Nubecilla etc.
Rogad por vuestros devotos
A la bondad inefable;
Pues murió para salvarnos,
Por su clemencia nos salve;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
V. Ruega por nos, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN
Oh Dios, que adornaste a la Orden de la Beatísima siempre Virgen y Madre tuya María con el singular título del Carmelo: concede propicio que escudados con los auxilios de aquella cuya conmemoración celebramos, seamos dignos de llegar a los gozos eternos. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.

Concluir cada día con tres avemarías

Oración a Nuestra Señora de Itatí

Tiernísima Madre de Dios y de los hombres que,
bajo la advocación de la pura y limpia
Concepción de nuestra Señora de Itatí
miraste con ojos de misericordia
por más de cuatro siglos
a todos los que te han implorado,
no deseches ahora las súplica de éste tu hijo,
que humildemente recurre a ti.

Atiende mis necesidades,
que tú mejor que yo las conoces.

Y, sobre todo Madre mía,
concédeme un gran amor a tu divino Hijo Jesús,
y un corazón puro, humilde y prudente,
paciencia en la vida,
fortaleza en las tentaciones
y consuelo en la muerte.
Amén.

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Madre y Señora, Virgen de Itatí. Mas que nadie conoces nuestras miserias y necesidades, sabemos que hay mucho que hacer, y cada uno tiene su propia tarea, en este tiempo, nuestro tiempo.

Madre Santísima, intercede para que nosotros recibamos la fuerza necesaria para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro, poniendo todos un grano de arena.

"¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!"

Con estas palabras Al encomendarte a Juan el Apóstol, y con él, a todos los hijos de la Iglesia, estamos aquí, reunidos en torno a ti, pues queremos contarte Señora, que aquí vibra el entusiasmo de los jóvenes, aquí se ha elevado la súplica de los enfermos, por aquí han pasado sacerdotes y religiosos, artistas y periodistas, hombres del trabajo y de la ciencia, niños y adultos, y nos permitimos en nombre de todos ellos, buscar amparo bajo tu materna protección e implorar confiados tu intercesión ante los desafíos ocultos del futuro.

Junto a estas ofrendas Madre, te encomendamos a todos los hombres, comenzando por los más débiles: a los niños que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento; a los jóvenes en busca de un futuro a las personas que no tienen trabajo, a las que padecen hambre o enfermedad. Te encomendamos a las familias rotas, a los ancianos que carecen de asistencia y aquellos que están solos.

Madre nuestra, Tú que conoces los sufrimientos y las esperanzas, ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, con el esfuerzo de todos, las tinieblas no prevalezcan sobre la luz, luz del mundo, la de tu Hijo Jesús único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.


Conoce su historia en el siguiente enlace

Oración del soldado Peruano

(Para rezar por la tarde)
¡Señor!,
ha terminado una jornada más en el camino de mi vida.
Este trozo de tiempo he procurado hacerlo,
con los ojos y el corazón fijos en Ti
y en el pabellón bendito de mi Patria.
¡Señor!, si algo bueno he hecho,
te suplico que lo escribas en el haber del Libro de la Vida,
y si por mi fragilidad humana hice algo malo,
se pierda en el abismo de tu gran misericordia.
Que en esta noche, Señor,
mis fuerzas encuentren un descanso reparador,
y mi espíritu no se aniquile con el pecado.
Que tus ángeles vigilen mi sueño.
¡Madre de la Merced!, que tu manto inmaculado
cubra y proteja a nuestro querido Pabellón Nacional
y a todos sus fieles servidores.
Amén.

Saludo a la Santísima Trinidad

Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo. Buenos días.
Buenos días Dios Padre creador y dueño de mi vida.
Buenos días Jesucristo, mi Dios y mi Redentor.
Buenos días Espíritu Santo, mi Dios y mi amigo.
Buenos días Santa María y todos los amigos de Dios.
Buenos días hermanos y hermanas (de Radio María).
Hoy vamos a pasar un día bello con Dios y los hermanos.
Bendita la luz del día que también hoy salió, como un beso de Dios, a cada uno de sus hijos.
Bendita la tierra que el Señor nos dio para que vivamos en ella y la cuidemos y la mejoremos.
Benditos los hombres y mujeres que hoy saldrán a buscar el pan del día para ellos y su familia.
Benditos mis hermanos que sufren y con su dolor fortalecen el cuerpo místico de Cristo.
Buenos días a todos. Y que la bendición de Dios todopoderoso, padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de ustedes y los acompañe.
Amén.